4. ¿Trotar? ¿Yo? ¡Ni pensarlo! (1a parte)
George Vandeman
Por todas partes hay hombres y mujeres que están corriendo por sus vidas.
¿Qué ha causado el susto? Demasiados hombres de negocios que se caen muertos. Demasiados ataques cardiacos, que no se limitan a personas de más de sesenta o setenta años, sino que descienden con rapidez alarmante hacia los de cincuenta, cuarenta y hasta de treinta años.
Hay un número excesivo de personas que aparentemente se hallan en perfecto estado de salud, pero se sienten medio muertas.
Posiblemente lo estén. El cuerpo humano puede dar señales de que la enfermedad se presente. A veces todo lo que se necesita para causar otra víctima, es una chispa. Y es necesario hacer algo antes de que sea demasiado tarde. Si el lector cree que exagero, lea las columnas de los periódicos dedicadas a las defunciones -si se atreve. ¡Si tiene más de cuarenta años, va a pasar un gran susto!
Sin embargo, la buena noticia es que, al mismo tiempo que los ataques al corazón y las embolias aumentan, también aumenta la gente que ha adoptado el hábito de trotar, como forma excelente de ejercicio. Y hasta ahora, el trote gana -cuando se le da la oportunidad.
Dicen que todo el mundo trota. ¿Pero usted? ¿Usted, salir a desafiar el viento matinal, camisa afuera y codos al aire? ¿Usted? ¡Ni pensarlo!
Pero la costumbre de trotar se esparce con gran rapidez. Hombres y mujeres que se sentían sin energía ni vitalidad contemplan cómo su mundo cobra vida a medida que se dedican a descubrir las delicias del trote. Encuentran que los individuos fisicamente ineptos adquieren aptitud física, que algunas de las señales del avance de la edad pueden desaparecer, que una vida hasta ahora aburridora puede convertirse en una aventura. Y latiendo a ritmo del nuevo paso se encuentra un corazón rejuvenecido.
Sí, la medicina preventiva esté llegando a la adultez. Y la costumbre de trotar -no como resultado de una moda pasajera, sino fundamentada en investigaciones médicas y experimentos serios, está ayudando a detener la ola de muertes prematuras.
La inactividad, las piernas cansadas, los nervios estirados como cuerdas de violín, el consumo excesivo de alimentos y la falta de motivación -en resumen, un grado demasiado alto de civilización- casi habían ganado la batalla. Pero ahora hay por todas partes hombres y mujeres que se han dedicado a trotar, y que ven cómo disminuye en ellos la tensión, disminuye la presión sanguínea, dismunuye el pulso, disminuyen los niveles de colesterol en sangre, disminuye el peso, disminuye la fatiga, disminuyen los resfríos, disminuyen los ataques cardíacos y las embolias -y aumenta la alegría de vivir.
Es evidente que deben haber acertado en algo.
Ahora bien, no deseo que se me comprenda mal. No es necesario trotar. El trote no es la única forma de mejorar nuestra condición física. Algunas personas prefieren otras formas de ejercicio. Personalmente, me dedico a trotar todas las mañanas. Posiblemente por esto sea que le tengo un cariño especial a esa práctica.
También el ciclismo es un ejercicio excelente. El doctor paul Dudley White, famoso especialista del corazón, dice: "Me gustaría hacer que todo el mundo usara bicicletas... No solamente de vez en cuando, sino en forma regular, como una costumbre. Ese sería un medio excelente de evitar las enfermedades del corazón".
Y no nos olvidemos de la natación, porque es una de lasformas más agradables y divertidas de impedir la sutil erosión de nuestra energía.
también las caminatas -a buen paso- son difíciles de superar. De hecho, ciertas autoridades las colocan en primer lugar. Desde luego, si han de ser efectivas, requieren más tiempo que las otras actividades.
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